Viviendas en Valdespartera

Edificio de 110 viviendas

La presente propuesta tiene como punto de partida la búsqueda de un conjunto residencial caracterizado por los siguientes rasgos:

• Integración del hábitat en la naturaleza.
• Máximo aprovechamiento de las posibilidades bioclimáticas de la edificación, tanto en la utilización de las energías renovables como en la capacidad intrínseca de la edificación para el control ambiental.
• Respeto al medio ambiente durante el proceso constructivo y durante la vida útil de la edificación.
• Cualificación arquitectónica de la edificación como elemento capaz de transformar el entorno a través del diseño.
• Racionalización del proceso constructivo para optimizar los costes y plazos de ejecución de la obra.

A partir de estos objetivos iniciales, la propuesta establece una serie de estrategias que han guiado el diseño de los bloques. Estas estrategias son, básicamente:

• Establecimiento de una retícula estructural regular y uniforme de pequeñas luces, en la que los forjados puedan trabajar como placas continuas que distribuyen el esfuerzo uniformemente, lo que redunda necesariamente en un óptimo comportamiento de los elementos resistentes.
• De esta forma, se establece un módulo que rige todo el diseño y permite ubicar los núcleos de comunicación vertical, definiendo inevitablemente el exterior del edificio.
• Sobre esta pauta fija que permite al edificio cumplir su función resistente y “alimentar” a las viviendas, se han distribuido las viviendas disponiendo una faja central de servicio, centralizando de esta forma las instalaciones y liberando el perímetro para las estancias vivideras. Indudablemente, la cocina es, hoy por hoy, una estancia vividera, y no una simple pieza de servicio.
• El espacio existente entre dos núcleos goza por tanto de una gran flexibilidad, lo que ha permitido el establecimiento de distintos tipos de vivienda sin alterar en absoluto la pauta fija. Más adelante se abordarán los tipos de vivienda que se han diseñado.
• El esquema de funcionamiento de la vivienda consiste en la separación de los espacios diurnos y los dormitorios según un criterio funcional y no formal, primando la gradación de la privacidad desde el acceso en la zona de los espacios diurnos. Las cocinas se colocan en la fachada norte y tienen tendedero.
• La volumetría de los bloques lineales y la composición de fachadas se basa necesariamente en la repetición seriada de elementos abstractos en los que voluntariamente se altera la escala para proporcionar las dimensiones de la pieza, que mantiene así su coherencia formal y su autonomía formal.
• La galería acristalada de cara Sur ocupa toda la superficie de fachada, constituyéndose en un elemento de composición acorde con la escala del bloque y que, además, lleva hasta el límite el cumplimiento de su función de control ambiental. Esta galería acristalada se proyecta con una solución constructiva similar a los muros cortina, por delante de los forjados de piso.

La racionalización del proceso constructivo se ha interpretado a través de la persecución de la construcción en seco, los materiales prefabricados y la transversalidad, esto es, el empleo de sistemas y elementos constructivos originarios de campos edificatorios ajenos a la actividad residencial. Esto, sin duda, conlleva una estética que se sale voluntaria y conscientemente de lo tradicional, consiguiendo una rotundidad demiúrgica que revela la belleza del pensamiento puro.