El Servicio Nacional de Cereales sembró la geografía española de silos para almacenamiento de grano. Para ello, dispuso de varios modelos, que constituyen un catálogo riquísimo de edificaciones industriales y, al mismo tiempo, una presencia ubicua que trasciende el plano utilitario para convertirse en seña de identidad cultural.
Por otra parte, son innegables las cualidades arquitectónicas, plásticas, de estas edificaciones, independientemente de cuál sea su modelo concreto.
Por todo esto, resulta una premisa básica de la intervención la consideración de que la edificación existente debe ser respetada, no puede ser violentada por un capricho contemporáneo.
No es sólo una cuestión de poner suelos para poder pisar. Es, sobre todo, la introducción de una escala humana, de una proporción, de un espacio vivible. La dimensión vertical es la dimensión simbólica, espiritual, sensible. Frente a ella, y contra ella, introducimos el plano horizontal que representa la escala doméstica, la cotidianidad. Lo real, lo necesario.
Este volumen es ciego y vertical y está subdividido en pequeñas celdillas, por lo que no es posible, en un principio, percibirlo como un volumen único. Es inhabitable e inhóspito.
La propuesta ha creado unos espacios horizontales en algunas celdas, obtenidos mediante la perforación del volumen con una cajas virtuales cuyo vestigio está constituido por los marcos de acero negro que recercan cada perforación practicada en los muros de hormigón, incluso en la fachada. Con este simple gesto se ha resuelto el problema.
Resulta claro que no sería proporcionado ni coherente el intervenir en un edificio con la carga simbólica de un silo para ubicar en su interior un espacio que no esté destinado a alguna función pública, lúdica, o cultural destinada al público en general. Es necesario generar un uso que posibilite el libre acceso al edificio –o al menos a una parte de él-.
Por ello, se ha entremezclado con el uso de centro administrativo un uso cultural, de forma que las oficinas quedan envueltas en un espacio contemplativo que goza de una atmósfera singular.
La iluminación del volumen general es difusa, indirecta, casi tenue. Pero los espacios de trabajos están bien iluminados y ventilados por las perforaciones practicadas en el muro. Se trata de un edificio dentro de otro edificio.
Emplazamiento:
Ariza (Zaragoza)
Promotor:
Sociedad de Infraestructuras Rurales Aragonesas, S.A.
Fecha proyecto:
agosto de 2008
Superficie construida:
611,25 m²
Ppto. ejecución material:
396.848,09 €
Imágenes:
Belda Arquitectura
Category:
Rehabilitación