El edificio existente del convento se trata de un edificio catalogado con un grado de protección corresponde a “edificios artísticos o de carácter de épocas más recientes, por lo que se debía conservar todo su conjunto interior y exterior, pero admitiendo obras de readaptación para su utilidad que no afectasen su disposición general, es decir, conservando los elementos estructurales y los ámbitos principales originales.”
Esto es exactamente lo que se plantea en la propuesta proyectada. Se ha cuidado especialmente la coherencia plástica de todo el conjunto, la valoración del entorno y el equilibrio ambiental que se ve reforzado por la sencillez formal y la cuidada elección de los materiales.
El proyecto nace de un profundo análisis del edificio, y tiene como finalidad la adecuación funcional del edificio a los usos a los que se destina. Para conseguirlo decidimos hacer expreso gesto de diferenciación del tratamiento de la circulación perimetral, frente al resto de usos. De manera que ésta pasa de ser un elemento desapercibido, a ser el centro neurálgico del proyecto.
Con esta intención, se plantea el acristalamiento del patio, que trepa por detrás de las arcadas hasta llegar a la segunda planta, en la que se cubre el espacio de circulación que actualmente está descubierto.
Con esto hemos conseguido que el funcionamiento del edificio mejore y que todas las circulaciones pasen a estar en un único espacio. Evitamos así cualquier otra circulación interna, lo que permite que el edificio tenga una organización más clara en su concepto, dando más importancia y presencia a los elementos realmente interesantes –desde un punto de vista arquitectónico- del edificio existente. Además, se incrementa la superficie útil disponible para su uso como estancia aprovechando una superficie que realmente ya está construida.
Los elementos que definen esta circulación son los siguientes:
-Por un lado, un acristalamiento que trepa por detrás de la actual fachada de arcos respetándola como una veladura de protección. Esta decisión permite que los niños dispongan de una antesala sin pasar frío y sin mojarse antes de acceder a clase.
-Por otro lado, la fachada interior del edificio hacia el patio, que pasa de ser una fachada a ser un elemento compartimentador que separa el corredor de los espacios habitables.
En esta fachada, es preciso intervenir rasgando los huecos existentes para transformarlos en puertas de acceso a las distintas estancias. No obstante, se va a respetar la estructura de huecos existente en fachada. Entre los huecos rasgados, y hasta la altura de dichos huecos, se va a superponer a la fábrica existente un panel fenólico que mejore el comportamiento del corredor como espacio tampón que mejora el control de la temperatura del interior.
Además, este nuevo espacio queda totalmente definido por su suelo y su techo. Respecto al primero, se tratará de respetar el pavimento existente, y el segundo consiste en un falso techo metálico discontinuo que deja entrever las alturas actualmente existentes.
La racionalización del proceso constructivo se ha interpretado a través de la persecución de la construcción en seco, los materiales prefabricados y la transversalidad, esto es, el empleo de sistemas y elementos constructivos originarios de cualquier campo edificatorio, ajeno o no a la actividad industrial. Se trata de utilizar materiales de una durabilidad máxima y mantenimiento cero.
Emplazamiento:
Tarragona
Promotor:
Congregación religiosa de Carmelitas Misioneras Teresianas
Fecha fin de obra:
marzo de 2013
Superficie construida:
8.711,56 m²
Ppto. ejecución material:
1.964.400 €
Category:
Rehabilitación